domingo, 4 de diciembre de 2011

Eufemismo

El eufemismo es la castración del lenguaje, es la limitante del significado. Pero qué es, tiene su origen en el lenguaje políticamente correcto, por ejemplo en vez de decirle –Gordo- a cierta persona, se le dice –Llenito-, incluso ya con el eufemismo va un diminutivo conexo, esto es para suavizar el alcance de esa palabra.

Por qué se usan los eufemismos en la vida diaria; es una manera de reciclar el lenguaje, darle estilo a la jerigonza. Es un lenguaje de disimulo, de rodeo, sin más que la búsqueda de la aceptación, de la mitigación, del reposo. Es bien sabido que, gracias a las palabras y en específico a la comunicación se han dado guerras; conflictos por la mala interpretación de cierto mensaje, por ruido en el discurso, por la mala interacción en la interpretación del mismo según la cultura del otro. El eufemismo es la mutilación del vocablo, capacidad muy del ser humano. Con la competencia total para camuflar intenciones, disimular pretensiones por un tiempo hasta descararlas por completo, guardarse designios para no herir, para no buscar ofender según él. Hay que recordar que a diferencia de la bestia, el humano como sujeto racional tiene la capacidad de lastimar sin necesidad de recurrir a la agresión física, siendo así el arma más poderosa de éste. Entonces; una persona que simplemente con sus instintos animales tiene ánimos de copular, no llega generalmente con la otra persona diciéndolo así, simplemente alimenta una maraña circense para lograr el objetivo, dentro se puede encontrar el famoso eufemismo tan conocido –Hacer el amor-. El discurso eufemístico es amante cercano del discurso político, pues mientras el discurso político busca convencer con alegatos convincentes siendo éstos veraces o falsos, el discurso eufemístico lo complementa con las palabras bonitas, utilizando: -Gente con carencias- a –Pobres-, -Personas con capacidades diferentes- a –Discapacitados-, -Personas de color- a –Negros- y así entre otros más. El eufemismo es el arma perfecta para manipular, para ganar aplausos, para generar reacciones más indulgentes. Es el lenguaje bonito para cambiar la dirección de la reacción, suavizarla o incluso mejorarla. No me gusta el eufemismo, pues se ha valorizado con el paso de los años, a cierta persona por ejemplo, a alguien se le ocurrió pensar que la palabra –Negro- es peyorativa, cuando por el contrario decirle –Blanco- a alguien en un contexto similar no lo es, ciertamente que es dependiendo la región o grupo donde se pronuncien. Sin embargo repito, es una ruptura del lenguaje, buscando aceptación, agradar o algún otro tipo de injerencia burda. Retomando un poco lo del primer párrafo, si el eufemismo va acompañado de un diminutivo entonces ya se jodió por completo el mensaje, siendo tan sumiso, tan manejable y obediente. El eufemismo es el esclavo de la comunicación, es su puta y como tal tiene un propósito ínfimo.

J.L. Mejía

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