El señor en la calle dice: “Debes ser productivo para la sociedad”. La señora a su hijo: “Deja de flojear y haz algo productivo”. Alguno más menciona: “En vez de hacer eso deberían hacer algo productivo”.
Recordando así un poco el origen del capitalismo y la tesis de Max Weber. El hecho es que el no ser productivo es mal visto pues el ser productivo genera riqueza. El ser no productivo no genera nada. –La ética protestante y el espíritu del capitalismo-, así llamó Weber a su escrito, el mismo que liga la religión con la riqueza de los seguidores. La adquisición del dinero es casi el valor supremo de la vida, éste es el primer punto que toca; es decir que en el origen el capitalismo va ligado a la religión pues el trabajo era y es un privilegio; por ende una bendición de Dios. Otro punto relacionado es que el trabajo genera riqueza y ésta debe generar un ahorro y su finalidad es la acumulación. En teoría la religión y los preceptos de la misma deberían ir ligados al rechazo a lo mundano, dentro de lo mundano se encuentra el dinero, por lo cual resulta una contradicción inherente a la definición. Entonces si algún pecado establece la pereza, ante los ojos de Dios sería malo no trabajar, entonces la no generación riqueza. Pero si el polo equidistante ofrece el pecado de la avaricia, ante los ojos de Dios sería mala la acumulación, entonces la generación de riqueza. Sin embargo es preferible en la sociedad un avaro que un perezoso. El avaro aunque acumula y peca, genera. El perezoso a su vez no acumula y peca, no genera. La producción va ligada al modelo económico, tiene un soporte en el pasado religioso, es decir: ante los ojos de dios. Si uno se encuentra “haciendo nada”, haciendo referencia a ser una persona en armonía con el momento, sin pensar, sin meter ruido con algo externo o tercero, pues así es como te sientes: bien, sólo eso. Bien con la situación y el momento. Estás en riesgo de atentar contra el “hacer algo productivo”. Concluyendo, no sé si sea preferible para muchos algún productivo, generador y acumulador pero ligado a lo mundano según la religión, o un no productivo, no generador y no acumulador pero no ligado a lo mundano según la religión. Cuestión de gustos.
Recordando así un poco el origen del capitalismo y la tesis de Max Weber. El hecho es que el no ser productivo es mal visto pues el ser productivo genera riqueza. El ser no productivo no genera nada. –La ética protestante y el espíritu del capitalismo-, así llamó Weber a su escrito, el mismo que liga la religión con la riqueza de los seguidores. La adquisición del dinero es casi el valor supremo de la vida, éste es el primer punto que toca; es decir que en el origen el capitalismo va ligado a la religión pues el trabajo era y es un privilegio; por ende una bendición de Dios. Otro punto relacionado es que el trabajo genera riqueza y ésta debe generar un ahorro y su finalidad es la acumulación. En teoría la religión y los preceptos de la misma deberían ir ligados al rechazo a lo mundano, dentro de lo mundano se encuentra el dinero, por lo cual resulta una contradicción inherente a la definición. Entonces si algún pecado establece la pereza, ante los ojos de Dios sería malo no trabajar, entonces la no generación riqueza. Pero si el polo equidistante ofrece el pecado de la avaricia, ante los ojos de Dios sería mala la acumulación, entonces la generación de riqueza. Sin embargo es preferible en la sociedad un avaro que un perezoso. El avaro aunque acumula y peca, genera. El perezoso a su vez no acumula y peca, no genera. La producción va ligada al modelo económico, tiene un soporte en el pasado religioso, es decir: ante los ojos de dios. Si uno se encuentra “haciendo nada”, haciendo referencia a ser una persona en armonía con el momento, sin pensar, sin meter ruido con algo externo o tercero, pues así es como te sientes: bien, sólo eso. Bien con la situación y el momento. Estás en riesgo de atentar contra el “hacer algo productivo”. Concluyendo, no sé si sea preferible para muchos algún productivo, generador y acumulador pero ligado a lo mundano según la religión, o un no productivo, no generador y no acumulador pero no ligado a lo mundano según la religión. Cuestión de gustos.
J.L. Mejía
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